Espejos espejos...

 Me miró al espejo otra vez sin poder saber en verdad como me veo, odio las fotos,no quiero salir porque me encuentro un ser totalmente amorfo...volví a ser la nena de 10 comiéndose todo ,la de 13 dejando de comer y la de 14 laxando para no subir de peso.

Tenía tantos sueños y de repente mi vida dió un giro en la búsqueda de ser suficiente para el resto,me perdi en ese camino, me transforme en una calculadora de calorías,de mentiras sobre si comí o no, usando una máscara de estoy bien siempre que aún no se va y ya tengo 24. 

Y sigo en el mismo punto, odiando mi cuerpo,sin una buena relación con la comida y volviendo a recaer en las conductas que fueron parte de mi destrucción y de grandes momentos, como no amar la enfermedad si al final todo lo  genial que eres o bonita se traduce en un : "con unos kilos menos serías perfecta", tengo ropa de tantas tallas diferentes que  muestran como mi cuerpo cambia tan rápido como mi estabilidad mental. Soy una niña aún y tengo dramas de adulta, pero aún así ahí sigo llorando por las mismas inseguridades que llenaron a mi yo de hace unos años.

Tengo 24 y siento que he vivido demasiado, que tuve que madurar de golpe porque nada fue fácil,aún así hay gente que la tuvo más difícil pero eso no me consuela, porque sigo sintiéndome de la mierda,siento como mi energía se drena y aunque sigo llena de sueños,se ven tan lejanos porque soy incapaz de estar "bien" la mayoría del tiempo. Quizás soy la Reina del drama pero estoy cansada,la pandemia se llevó mi estabilidad emocional y mis playlist que hablan de cómo me sentía volvieron a tener sentido.

Tengo poca gente que me rodea pero me ha dado tanto amor que sigo acá porque no quiero dañar nada más.