¿A donde vas a parar?

Esa pregunta de a donde voy a parar me a asfixiado durante varios días, tuve sesión con el psicólogo y la terapeuta. No les dije que me sentía mal y que el martes estuve a punto de volver a recaer en tomar pastillas para borrarse del instante de desesperación. Salí ayer, pero me di cuenta que no estoy cómoda porque me pongo a pensar que voy joder todo con solo decir un si. Ay! Si todo fuera como antes que podía fluir, conversar, reírme y hacer el loco sin pensar que era un puñetero desastre¿ a donde voy a parar? Con todas estas trancas, con estas penas y silencios dolorosos a cuestas.

 Las metas que me propuse no han surgido efecto, lo de ahorrar porque no tengo dinero, lo de hacer ejercicio y levantarme temprano me cuesta porque despierto cansada como si no hubiera dormido nada.

Soy un fracaso o de eso me convencí que se transformó en realidad, el poder de las palabras es inmenso. Con esta reflexión me quedo. Las palabras nos atan.